El cuidado de personas mayores durante el verano requiere especial atención debido a los riesgos que las altas temperaturas pueden presentar. Los adultos mayores son particularmente vulnerables al calor extremo debido a cambios fisiológicos relacionados con la edad, enfermedades crónicas y una menor capacidad para regular la temperatura corporal. Es crucial que los cuidadores y familiares estén bien informados sobre cómo proteger a sus seres queridos durante esta época. Este artículo proporciona una guía completa desde el punto de vista de la enfermería, enfocándose en la educación para reconocer y manejar los problemas relacionados con el calor, así como el uso de terapias de enfriamiento.

Reconocimiento de signos de problemas relacionados con el calor.

  • Golpe de calor:
    El golpe de calor es una emergencia sanitaria grave. Los signos incluyen temperatura corporal elevada (por encima de 40°C), piel caliente y seca, confusión, pérdida de conciencia, y convulsiones. Es vital que los cuidadores actúen rápidamente ante estos síntomas, ya que el golpe de calor puede ser fatal si no se trata a tiempo.
  • Deshidratación:
    La deshidratación es un riesgo común durante el verano. Los síntomas incluyen boca seca, piel seca, sed extrema, orina oscura y escasa, y mareos. Los cuidadores deben fomentar la ingesta regular de líquidos, incluso si la persona mayor no siente sed, ya que la sensación de sed disminuye con la edad.
  • Hiponatremia:
    El consumo excesivo de agua sin la adecuada reposición de electrolitos puede llevar a hiponatremia, una condición en la que el nivel de sodio en la sangre es anormalmente bajo. Los síntomas incluyen náuseas, vómitos, dolores de cabeza, confusión y, en casos graves, convulsiones. Es importante equilibrar la hidratación con bebidas que contengan electrolitos.

Estrategias para el cuidado durante el verano.

1. Hidratación adecuada:
Asegurar una ingesta constante de líquidos es crucial. Ofrecer agua regularmente, y considerar alternativas como infusiones de hierbas, caldos, y jugos naturales sin azúcar añadida. Evitar bebidas con cafeína o alcohol, que pueden contribuir a la deshidratación.

2. Ropa y protección solar:
Recomendar ropa ligera, de colores claros y transpirable. Además, es importante el uso de sombreros de ala ancha y gafas de sol. Aplicar protector solar con un alto factor de protección en todas las áreas expuestas de la piel, incluso en días nublados.

3. Entorno fresco:
Mantener la casa fresca mediante el uso de ventiladores, aire acondicionado y cortinas opacas para bloquear el calor del sol. También es útil crear un espacio fresco en el hogar donde la persona mayor pueda pasar la mayor parte del tiempo.

4. Dieta ligera y equilibrada:
Promover una dieta rica en frutas y verduras frescas, que no solo aportan nutrientes esenciales, sino también agua. Evitar comidas pesadas y ricas en grasas que pueden aumentar la sensación de calor y malestar.

Uso de terapias de enfriamiento.

1. Paños húmedos y baños de esponja:
Aplicar paños húmedos y frescos en áreas clave como la frente, el cuello, las axilas y las ingles puede ayudar a reducir la temperatura corporal. Los baños de esponja con agua tibia (no fría) son efectivos para enfriar gradualmente el cuerpo sin provocar un choque térmico.

2. Ventilación:
Utilizar ventiladores portátiles para aumentar la circulación de aire y ayudar a evaporar el sudor, lo que facilita el enfriamiento del cuerpo.

3. Hidratación con bebidas frías:
Ofrecer bebidas frías, pero no heladas, puede ayudar a bajar la temperatura interna sin causar malestar gastrointestinal.

Conclusión.

La educación de cuidadores y familiares es fundamental para garantizar el bienestar de las personas mayores durante el verano. Reconocer los signos tempranos de problemas relacionados con el calor y aplicar estrategias preventivas, junto con el uso adecuado de terapias de enfriamiento, puede marcar una gran diferencia en la salud y la calidad de vida de los mayores. La enfermería desempeña un papel clave en la orientación y el apoyo a los cuidadores en estos aspectos críticos del cuidado.

Este enfoque integral asegura no solo la prevención de complicaciones sanitarias, sino también la mejora del confort y el bienestar general de las personas mayores durante las altas temperaturas del verano.

Como enfermero, mi objetivo es estar al lado de los cuidadores y las familias, proporcionando el conocimiento y las herramientas necesarias para que puedan cuidar a sus seres queridos con confianza y cariño. Es un privilegio poder acompañar y apoyar en esta tarea, asegurando que cada persona mayor pueda disfrutar de un verano seguro y cómodo, rodeada de atención y comprensión.

Francisco Caño. Coordinador de enfermería a domicilio en Málaga.